El estrés crónico es uno de los grandes males de nuestro tiempo y la mayoría de nosotros tenemos en el trabajo la mayor fuente de estrés. Por eso durante el invierno pensamos frecuentemente en el verano, asociándolo a descanso, desconexión de las obligaciones cotidianas, relajación, tiempo libre, familia, amigos, etc. Pero esto no siempre es así.
Sacar el máximo partido al verano también puede ser un motivo de estrés y tensión. Y el cambio de rutinas puede afectar a nuestra salud. Por ello, nuestro objetivo debería ser sentirnos bien durante todo el año, aprovechar el tiempo de verano con sus días más largos y el descanso de nuestra actividad profesional; para así, instaurar en nuestra vida hábitos saludables que nos hagan sentirnos mejor. Y que, además, podamos mantener durante todas las estaciones.