1. Limpiar en profundidad. Se recomienda limpiar tu cara dos veces al día (mañanas y noches) para así eliminar la grasa, células muertas, suciedad e incluso contaminación que se haya ido acumulando en tu piel.
2. Hidratar. Durante el invierno, la piel se reseca y pierde más agua por lo que es recomendable usar cremas hidratantes a diario y beber mucha agua para contrarrestar los efectos de las calefacciones y cambios de temperatura.
3. Protector solar. A pesar de ser días más nublados o lluviosos, los rayos UV afectan a nuestra piel igualmente. Por lo que es importante aplicar protección solar todos los días para evitar manchas y arrugas. Además, hay que tener especial cuidado en la nieve pues esta refleja los rayos ultravioletas haciendo que sea más directa la exposición al sol.
4. Alimentos. Otro aspecto que nos ayuda a tener una piel más sana es la alimentación. Por lo que, debemos incluir alimentos ricos en vitamina C como naranjas y mandarinas, frutos secos, en especial las nueces, por sus propiedades antioxidantes y verduras como el brócoli pues sus nutrientes nos ayudan a protegernos de las radiaciones UV.