La vuelta a la rutina, junto con la llegada del frío, hacen que salgamos menos y se reduzca nuestra vida social. También podemos sufrir problemas de salud puntuales por las bajadas de la temperatura, resfriados y catarros que nos hacen sentirnos más débiles.
Pero podemos aumentar los niveles de energía si cuidamos algunos hábitos:
1. Cuidar el descanso y el sueño: El cuerpo empieza a producir melatonina con la caída del sol. Así que, adelanta ahora la hora a que te acuestas para sincronizar tu ritmo circadiano. Cena ligero y evita las “pantallas” a última hora de la tarde. Y si tienes problemas para conciliar el sueño, relájate con algunas posturas de Yoga que nos ayudan a dormir más y descansar mejor.
2. Aprovechar la luz solar: Las horas de luz se han reducido, pero eso no quiere decir que no podamos aprovecharlas al máximo. Es recomendable concentrar nuestras actividades durante las horas de luz y, aunque haga algo de frío, realizar actividades al aire libre.
3. Mantener un estilo de vida activo: El ejercicio regular tiene efecto directo sobre la serotonina y las endorfinas, y nos ayudará a contrarrestar los efectos de la falta de luz. Es suficiente con andar 30 minutos al día, a buen ritmo, para que nuestro cuerpo produzca estas “hormonas del bienestar”.
4. Seguir una dieta equilibrada: La alimentación es otra de nuestras armas para mejorar nuestro estado físico y mantener un correcto nivel de energía. Sigue una dieta variada, basada en alimentos naturales, frutas, verduras y proteínas de calidad. Evita los ultraprocesados, el azúcar y los hidratos de carbono y verás como tus niveles de energía se incrementan.
5. Disfrutar el otoño: Debemos mantener el contacto con nuestros familiares y amigos, aunque las actividades cambien. En otoño la naturaleza se viste de tonos sorprendentes, la luz cambia y es una época maravillosa para disfrutar de parques y jardines.